miércoles, 1 de junio de 2011

Y los sueños, sueños son.

Dicen por ahí que los sueños son reflejos de nuestro subconsciente. Pues si es así, déjenme decirles que ¡maravilloso subconsciente me gané en la lotería!
Sí me llaman la atención esas teorías de que cada sueño tiene un significado, la simbología y toda esa cuestión, pero a veces no entiendo qué demonios es lo que me quiere decir mi cerebro y por qué, en nombre de Jesucristo atado en su cruz, no me lo puede decir más claramente. Pesadillas con gente que jamás en mi vida he visto en persona, asesinatos, persecuciones, poodles negros de tamaños inimaginables, cartas de gente a la que tengo 100 años sin ver, tíos con parecidos increíbles a personas a las que jamás en mi vida querría en mi círculo familiar (pero inevitablemente forman parte de mi ambiente diario), unas cuantas aventuras sin sentido dentro del colegio, toques en los que me presento sin pena, uno que otro motorizado persiguiéndome por la urbanización con intenciones no muy beneficiosas para mi persona, tormentas de arena en medio de una guerra en la que conozco a señoritas de mi edad que (les aseguro) nunca conoceré en mi vida...
Estos son sólo unos pocos de los mensajes, bastante ambiguos, que me manda mi subconsciente, esperando que descifre lo que quiere decir, que entienda el mensaje oculto, o alguna de esas chorradas que probablemnente no entienda jamás.
La verdad es que esta entrada no tiene mucho sentido, pero como dice la canción de Mägo (citando a Pedro Calderón de la Barca), "alguien escribió que la vida es sueño, y los sueños, sueños son".

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