miércoles, 11 de mayo de 2011

Vamos a tomar Horchata en diciembre.

Así es. Vamos a embriagarnos con Horchata. Vamos a tomar tanto de ese espeso intento raro de chicha (para mi que soy inculta y nunca la he probado) que nuestros cuerpos exploten de gordura. ¿Qué más se supone que iba a decir esta entrada? Realmente la inspiración se fue igual que la cucaracha que anoche convivió secretamente conmigo mientras entraba en una pequeña crisis hormonal. Desapareció. Cuando la busqué en la mañana, no había ni el mínimo rastro de ella.
Debo escribir sobre un miedo. ¿Un miedo?, ¿de verdad? Tengo miedo a que mi blog fracase. ¿O no? Puede que fracase, pero no le temo a eso. Le temo a los tigres de bengala. Creo. No, le temo a las cucarachas que vuelan y se pasean sobre mis libros mientras encuentro el momento preciso en que no me vean para huir con la esperanza de no volver a verla jamás.
Eso, creo que tengo miedo de verla otra vez. No a la cucaracha, por supuesto, ella ya no me importa. Tengo miedo de volver a cruzarme con el miedo irracional a -inserte aquí elemento de su preferencia- y a que cada vez me ataque más frecuentemente. El miedo. Exacto. A eso le tengo miedo.

1 comentario:

  1. Realmente no creo que te embriagues con la horchata, pero miedo le tendría a estar cerca, cuando los cuerpos exploten de gordura... Sería un episodo de terror.
    De todas maneras te copio una receta que conseguí en Internet, para que al menos la prepares, la pruebes, no explotes y no le tengas miedo.

    HORCHATA

    1/4 kilo de arroz
    1 ramita de canela
    2 cucharadas de vainilla
    1 Leche condensada
    Azúcar al gusto
    5 litros de agua

    Procedimiento:

    Hierves el arroz con la canela y ya que el arroz este suave, muélelo en la licuadora junto con la vainilla y la leche condensada.
    Después cuélalo y agrega el azúcar a tu gusto.

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